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Gamificación en educación: experiencias de aprendizaje divertidas

Seguro que la combinación de gamificación y educación no es ninguna novedad para ti a estas alturas. La gamificación aplicada a la educación es tendencia desde hace años y seguro que ya conoces miles de ejemplos extraordinarios a través de los que se ha convertido el aprendizaje en una experiencia verdaderamente memorable: auténticos videojuegos que enseñan idiomas, manejo de herramientas o incluso sirven de ayuda para la rehabilitación médica.  

Existen muchos ejemplos, pero a la hora de aplicar estas técnicas a nuestro día a día, quizás no lo tengamos tan claro. Y, créeme, la gamificación sirve para aumentar la motivación intrínseca en cualquier tipo de tarea. CUALQUIERA. 

En este artículo, vas a entender cómo usar la gamificación en educación en cualquier ámbito de tu vida; te mostraremos las mejores estrategias, herramientas y algunos ejemplos que te ayudarán a experimentar nuevas maneras divertidas de enseñar y aprender. Ahora ya sí, ¿te unes al reto de aprender jugando?

CÓMO usar la gamificación en educación

La gamificación, como sabes, es una metodología que se basa en la aplicación de elementos y mecánicas propias de los juegos, en este caso, en entornos educativos. Su objetivo principal consiste en transformar los procesos de enseñanza y aprendizaje, utilizando el juego como una herramienta para potenciar la motivación y el compromiso de los alumnos.

En un entorno gamificado, los estudiantes participan activamente en dinámicas interactivas, desafíos y competiciones, lo que los estimula a superar obstáculos, alcanzar logros y obtener recompensas. Todo esto contribuye a generar un ambiente más dinámico y entretenido, donde el alumno se siente involucrado y con ganas de explorar y aprender.

Mecánicas de gamificación en educación


Para lograr esto, la gamificación se basa en la incorporación de diversos elementos clave que enriquecen el aprendizaje en cualquier ámbito. Desgranaremos para ti algunos de estos elementos, con el objetivo de que puedas aplicarlos en diferentes contextos y circunstancias:

1. entorno narrativo


Si envolvemos los contenidos educativos dentro de una narrativa atractiva y envolvente resultarán, sin lugar a dudas, mucho más interesantes. De esta forma, los estudiantes pueden asumir roles o personajes en un contexto imaginario mientras aprenden sobre una gran variedad de temas: desde un idioma hasta atención telefónica en su puesto de trabajo o los básicos del Paquete Office. Este contexto narrativo les permite conectarse emocionalmente con el aprendizaje y sentirse más inmersos en el proceso.
En Inserver somos expertos en el desarrollo de narrativas. ¡En algunas parece incluso que vengamos del futuro!

2. progreso y niveles

¡Nivel completado! Avanzamos a la siguiente pantalla...

La gamificación emplea la idea de progreso que tan acostumbrados estamos a ver en videojuegos para que los estudiantes sientan que avanzan, que crecen a medida que completan desafíos y superan objetivos. Alcanzar nuevos niveles desbloquea recompensas y desafíos más difíciles, lo que mantiene su interés y los motiva a seguir adelante. Dentro de la docencia, esto puede sustituir a los exámenes y servir como forma orgánica de medir el aprendizaje a través de casos prácticos o retos que justifiquen el uso de la teoría recién aprendida. 

3. Feedback inmediato

Uno de los aspectos más poderosos de la gamificación es la retroalimentación inmediata. Los estudiantes reciben comentarios instantáneos sobre su desempeño, lo que les permite identificar sus aciertos y áreas de mejora de una forma más motivadora que unos resultados erróneos en un test o examen. 

Estos feedbacks además pueden construirse de forma que constituyan un añadido valioso al aprendizaje. Ese sería el caso si, frente a un caso práctico, dejamos al usuario tomar una decisión y acto seguido se produce el aprendizaje al obtener una justificación teórica de por qué su opción era errónea o correcta.

4. Tomar decisiones

El hecho de tomar decisiones se encuentra en nuestro día a día. ¿Qué como hoy? ¿Qué ruta escojo para ir a la oficina? ¿Pagaría este precio por este producto? Las decisiones nos obligan a implicarnos y a darle una vuelta al porqué escogemos una opción y no otra. En un entorno gamificado, estas decisiones pueden implicar elegir diferentes rutas de aprendizaje, resolver problemas de una manera u otra o trabajar en equipo para lograr un objetivo. De esta manera, los estudiantes desarrollan habilidades de toma de decisiones y aprenden sobre las consecuencias de sus acciones.

Desde nuestra experiencia, la libertad del usuario es clave para aumentar la motivación intrínseca en cualquier formación, pues luego se responsabilizan más de sus acciones y de la consecuente retroalimentación que obtengan. Este es el caso de Game of Diversity, donde todo el curso consiste en una herramienta de diagnóstico de sesgos discriminatorios, por lo que el aprendizaje se produce a través de los feedbacks obtenidos según los diferentes resultados en relación con las decisiones tomadas durante el aprendizaje. 

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5. Recompensas y reconocimientos

La gamificación incorpora sistemas de recompensas y reconocimientos para incentivar el esfuerzo y los logros de los estudiantes. Estas recompensas pueden ser tanto virtuales, como puntos o insignias, como también reales, como premios o privilegios en el aula. 

¡Ojo! Estas recompensas deben ser coherentes y no ser compartidas de forma arbitraria. Por ejemplo, si damos una insignia por avanzar una pantalla, el usuario sentirá que la acción que ha realizado no merece la recompensa que se le ofrece, lo que desvirtuará el peso de cualquier próxima recompensa que se le conceda. 

6. Motor de competencia y colaboración

La gamificación fomenta la competencia sana entre los estudiantes, lo que puede aumentar su motivación y deseo de destacar. Al mismo tiempo, también promueve la colaboración, ya que algunos juegos y desafíos requieren que los estudiantes trabajen juntos para alcanzar un objetivo común. 

Favorecer la interacción social durante el aprendizaje es importante, ya que se trabajan habilidades blandas como la comunicación o el trabajo en equipo; pero, además, el aprendizaje social aumenta la retención de los conocimientos.

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7. Personalización del aprendizaje

Por último, la gamificación puede favorecer una mayor personalización del aprendizaje, ya que los estudiantes avanzan a su propio ritmo y muchas veces en base a sus propias decisiones, lo que les permite adaptar la formación a sus intereses y habilidades. Esto ayuda a mantener su interés y a abordar las diferentes necesidades de aprendizaje de cada estudiante.

En definitiva, estos elementos hacen que la gamificación sea una estrategia poderosa para convertir el aprendizaje en una experiencia, no solo divertida, sino también significativa y altamente efectiva para los estudiantes. Y, sobre todo, piensa que no hace falta crear un videojuego o un gran escenario para que la gamificación abra nuevas posibilidades al aprendizaje. Incluyendo ya solo una de estas mecánicas, notarás la mejora en cuanto al desarrollo de habilidades así como a la adquisición de conocimientos y al fomento de una actitud positiva hacia el aprendizaje.

¡Súmate al reto de gamificar en educación!

Categorías: Gamificación


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