Por desgracia, nos encontramos ante una situación insólita que afecta al mundo entero. Sí, hablo de la pandemia mundial provocada por el virus Covid-19, más conocido por todos como Coronavirus.
Como ya sabrás, tal como el Ministerio de Sanidad ha publicado, el virus se detectó por primera vez en diciembre de 2019 en la ciudad China de Wuhan. A partir de ese mes, la ciudad se convirtió en el foco de la epidemia. Aún con todos los esfuerzos puestos en evitar la propagación mundial, ha sido imposible contener la llegada del virus a todos los países infectados actualmente [información actualizada en la página oficial del Ministerio de Sanidad].
Esta crisis está provocando grandes cambios en diversos ámbitos de nuestro día a día: desde ir a hacer la compra, quedar con amigos y familiares o dar un paseo; hasta incluso la forma en la que trabajamos y estudiamos. La mayoría de estos cambios tienen un elemento en común que nos ha facilitado en gran medida seguir con nuestras tareas: Internet y las nuevas tecnologías.
Si ya antes de la pandemia y el aislamiento socializábamos a través de las redes sociales, durante este periodo lo hacemos más. De ahí, que el tráfico a través de las redes IP haya experimentado incrementos del 40% o el uso del teléfono móvil haya aumentado un 50% en llamadas y un 25% en datos, según los principales operadores de telecomunicaciones. Asimismo, en el entorno educativo se está realizando un importante uso de las TIC con el objetivo de continuar con “normalidad” el plan lectivo. Además, una gran cantidad de personas están realizando su trabajo en remoto por primera vez.
Centrándonos en el número de personas que teletrabajaban antes de esta crisis mundial, los datos de la EPA -recogidos por NIUS- muestran que tan solo el 4,3% de todos los ocupados de España lo hacían. Esta cifra es ligeramente más baja que en otros países europeos como, por ejemplo, Países Bajos con un 14% de teletrabajadores.
Más destacables aún son los datos que presenta Joan Ramon Barrera de CTecno: «la tecnología está disponible, pero ha faltado inversión de las empresas en el sector y formación de los trabajadores.» Para Barrera, la tecnología durante estos años no se ha orientado a las personas empleadas, sino que más bien se ha utilizado como canal de venta comercial. De este modo, queda claro que, en muchas empresas, no se había implantado un plan tecnológico para sus equipos, quizás por los falsos mitos que siguen existiendo con respecto a los entornos digitales corporativos.
Con estos datos, parece obvio pensar que la formación continua que reciben los empleados no se lleva a cabo a través del medio online, sino que se hace de forma tradicional y en papel. Hay estudios, como el de la consultora Page Group, que exponen que uno de los factores más valorados por las personas trabajadoras es la oferta formativa de la empresa. Sin embargo, dada la situación, este valor también se está viendo afectado.
Esta crisis sanitaria está poniendo sobre la mesa diversos problemas que han surgido en el enfoque tecnológico de algunas empresas. En esta situación, el uso del e-learning como herramienta para la formación corporativa se vuelve más clave que nunca.
Veamos tres de los problemas que las empresas han de hacer frente y cómo se podrían solucionar gracias al e-learning:
Teniendo en cuenta que muchas de las empresas no contaban con un plan tecnológico, no puede sorprender que las personas empleadas muestren reticencia a utilizar las nuevas tecnologías, ya que este cambio ha surgido sin previo aviso y no están formadas para ello. Según un estudio realizado por la UGT, el 33,5% de los trabajadores no sabe trabajar en un entorno digital básico.
Sin embargo, de esta situación puede surgir una mejora para la formación en competencias digitales de las personas trabajadoras. Se puede aprovechar esta contingencia para mostrarles las posibilidades de un e-learning intuitivo, flexible y motivador.
El nivel de trabajo de muchas empresas se ha ralentizado debido a la situación en la que nos encontramos. Esto puede llevar a que tu plantilla, incluso esos miembros que suelen tener la agenda llena, no tenga tantas tareas que realizar para una jornada laboral completa.
No hay mejor momento para fomentar la formación sobre habilidades básicas como el liderazgo o la diversidad a través de productos completos como los de INSERVER, donde desde un entorno motivador y lúdico se consigue una rápida retención de los contenidos a la vez que se genera un buen ambiente laboral gracias a las clasificaciones por puntos.
La disminución de los compromisos y tareas también se puede aprovechar también para detenerse a pensar y plantearse las necesidades formativas para tu plantilla y tus equipos. Ahora mejor que nunca se les podrá poner remedio de forma unificada para toda la plantilla a través del e-learning. Una de las principales ventajas del e-learning es su adaptación a la situación geográfica y personal de cada estudiante, así que ¿cuándo mejor para intentarlo que en una situación como la actual?
Utilizando herramientas como simuladores, las personas empleadas podrán practicar en un entorno seguro esas necesidades, como puede ser la de saber comunicarse con diversos clientes vía telefónica, competir entre ellos y, lo más importante, colaborar a la vez que aprenden la base teórica.
Ya has visto que el e-learning es una gran solución a los problemas que han derivado de esta crisis sanitaria, puesto que se pueden aprovechar estos días para mejorar nuestras capacidades dentro de la empresa y obtener algo positivo de esta situación. No obstante, el e-learning es una herramienta que el sector corporativo deberá tener presente en sus pensamientos, ya que facilita el proceso de aprendizaje a un gran número de personas empleadas, reduce costes y gracias a la flexibilidad de los cursos consigue que aumente la tasa de superación de los mismos.
Por tanto #yomequedoencasa, pero #noparodeaprender.