Al leer e-learning suelen venir a la cabeza los cursos que se hacen a través de internet o la plataforma o entorno web que los aloja, y no es raro encontrar esta palabra en entornos empresariales. No obstante, en el sector digital se corre el riesgo de apostar por una moda que al tiempo se puede desinflar y dejar una sensación de tiempo y dinero perdido. ¿Es esto el e-learning?
Tenemos motivos más que de sobra para pensar que no: el e-learning no es una moda y sí puede tener un impacto favorable en las empresas y en la formación de los empleados. Vamos a verlo en detalle.
Ya en 2013, Carol Leaman escribía para la revista WIRED1 que «las soluciones e-learning actuales no están diseñadas para proporcionar la información de manera sencilla». En este mismo artículo podemos leer la queja de que, tras 10 años hablando de e-learning, es hora de que se le dé un lavado de cara, en la forma y en el fondo. No hay moda que dure más de una década pero ¿qué podemos decir acerca del impacto que tiene el e-learning en aquellas empresas que lo ponen en práctica?
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Las personas están acostumbradas a recibir información por vías digitales, ya sea en el ámbito personal, profesional, educativo, etc. De acuerdo con el periódico The Atlantic2, es fácil encontrar en la educación superior que los estudiantes usen portátiles, móviles y dispositivos electrónicos. Cuando estos estudiantes lleguen al mercado laboral, presumiblemente no les resultará nada extraño recibir formación a través de internet.
Aparte de la ventaja que le proporciona la familiaridad del canal, el e-learning ya no es como en 2013. Hoy en día, se hace e-learning bueno y de calidad, efectivo para aprender. De un tiempo a esta parte, el e-learning tiene unos compañeros de viaje que potencian sus resultados: por un lado, la tecnología ha mejorado y se pueden crear productos visualmente muy potentes y con buena experiencia de usuario; por otro lado, la metodología ha sido revisada y, al incluir en los cursos mecánicas gamificadas o experiencias de Game-Based learning (ver ejemplo), los cursos por fin son entretenidos y el usuario quiere hacerlos para aprender. No olvidemos que un empleado que recibe formación suele quedarse por más tiempo en una empresa3.
El introducir mecánicas de juegos en la formación, lejos de ser otra moda o de algo poco serio, puede tener interesantes beneficios para un departamento de formación. De acuerdo con un informe de Pearson sobre estas prácticas, si estos juegos están construidos bajo principios de aprendizaje sólidos, son atractivos para el aprendiz, proveen de oportunidades de aprendizaje personalizadas, enseñan habilidades para el siglo XXI y sirven de ambiente para una evaluación relevante4.
La mejora experimentada por el e-learning en cuanto producto tiene un impacto directo en los destinatarios de la formación y, por lo tanto, en la empresa. Según el Research Institute of America5, el contenido estudiado se retiene por más tiempo, debido al mayor control que se tiene sobre el mismo frente a una clase cara a cara, o por otro lado, que al hacer un uso versátil de varios canales de información (imágenes, audio, vídeo), se hace más probable la retención frente a un material únicamente textual6,7. Sobre el material, la compañía IBM, en su transición a la formación online, vio que se consumía mucho más contenido en el mismo tiempo5, lo cual, además, les supuso un ahorro de 200 millones de dólares4. Y es que con los materiales e-learning, al contrario que con la formación presencial, no cuesta dinero volver a consumirlos, una vez adquiridos3. Reducciones de costes como estas son también atribuibles a que la empresa no tiene que asumir, con una formación e-learning, gastos como hoteles, viajes o varios formadores3,5,6,7.
El hecho de que suponga un ahorro en tiempo y dinero y que sea efectivo para formar a los empleados hace que no sorprenda el dato de que, si en 2015 la industria e-learning estaba valorada en 107 billones de dólares, para 2025 se espera que alcance los 325 billones8.
No obstante, la clave para que el e-learning sea efectivo es que se aleje de la manera tradicional en que se hacía hace una década. El e-learning tradicional provee menos garantías de tener un impacto satisfactorio tanto para el empleado como para la empresa. En palabras de Andy Hurren9, director de formación, desarrollo y reclutamiento de RWE npower, «el e-learning tradicional enfrenta a las personas a un proceso muy lineal de checks y clics, y la interacción es mínima».
Precisamente para evitar esto, y que una empresa pueda beneficiarse de las ventajas en formación y ahorro que proporciona un e-learning efectivo, que dé un retorno de la inversión (ROI) satisfactorio, es esencial utilizar cursos que apuesten por una metodología efectiva, un diseño instruccional fuerte y que estén amparados con un diseño y tecnología atractivos y sencillos para el usuario.
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Referencias:
1. WIRED (2013). eLearning: It’s Time for a Reboot
2. The Atlantic (2011). Infographic: How the Internet Is Revolutionizing Education
5. Facts and Stats That Reveal The Power Of eLearning [Infographic] (2016).
6. The Advantages of E-Learning for Business.
7. E Learning Climbing To $325 Billion By 2025 UF Canvas Absorb Schoology Moodle (2018).
8. Game on: the evolution of e-learning in the workplace (2015).