La formación continua es inherente a los sectores técnicos y altamente especializados —como aquellos relacionadas con la electricidad, la industria, la ingeniería, la construcción, los trabajos hidráulicos, etc.—. Estas profesiones tienen unas necesidades de formación distintas que las de otras como, por ejemplo, la selección de personal o la banca. Los trabajadores técnicos necesitan formarse en conceptos (el porqué), pero su práctica diaria se centra en procedimientos (el cómo). Para una empresa técnica o industrial es vital gestionar la formación de ese cómo, de los procedimientos.
Normalmente, los contenidos procedimentales se adquieren a través de la repetición. Se suelen necesitar varias pruebas hasta que el procedimiento se domina y, aún más hasta que el procedimiento se convierte en hábito y se realiza de manera más automática1.
La clave para la empresa consiste en hallar una manera de enseñar y salvaguardar estas habilidades sin que se disparen los costes y sin derrochar recursos. Una de las mejores maneras de hacerlo es a través del vídeo.
La tecnología de hoy en día ha abaratado considerablemente el coste de grabación y de la toma de fotografías de alta calidad. Por otro lado, las tabletas o teléfonos móviles permiten a los profesionales consultar los vídeos en cualquier momento y en cualquier lugar2. Esto es esencial para profesiones que trabajan normalmente fuera de una oficina, o tienen un trabajo más itinerante.
El vídeo, además, se adecúa perfectamente a la repetición e imitación que requieren las habilidades manuales complejas3. El aprendiz puede observar los movimientos en la grabación y practicarlos después. Si algo no sale bien, puede consultar el vídeo cuantas veces quiera.
En un estudio en un campo tan manual como el de de la odontología, se comprobó que los vídeos con demostraciones grabadas de procedimientos, en comparación con la demostración en vivo, eran igual de efectivos a la hora de aprender el procedimiento4. Teniendo esto en mente, consideremos las desventajas de las demostraciones in situ con respecto de las grabadas en vídeo:
Segmenta el vídeo en partes reducidas y permite al usuario pausar
Si las instrucciones del procedimiento del vídeo empiezan siendo muy densas, pueden sobrecargar la memoria de trabajo y dificultar el aprendizaje. Es mejor que se presenten en una manera que minimice la carga mental1. En el caso del vídeo, el peligro de sobrecarga es importante, ya que está constantemente mandando información visual y auditiva y puede saturar rápidamente si no se controla el ritmo6. Esto plantea la necesidad de segmentar el vídeo, de dividirlo en trozos pequeños.
Alguien crítico podría argumentar que no es necesario segmentar el vídeo: con que haya un botón para pausarlo, el propio usuario puede hacer sus propias segmentaciones a voluntad. Contrariamente, para usar de manera efectiva el botón de pausar, el usuario tiene que saber identificar qué momentos son los relevantes para detenerse y tomar nota. En un caso en el que el aprendiz sepa poco o nada sobre el tema, puede no saber cuándo pausar. Si el vídeo viene en varios segmentos, ya se le están proporcionando pistas estructurales para reconocer los aspectos más importantes6.
La lógica de segmentar el vídeo y permitir la pausa es, en definitiva, la siguiente6:
Una manera de llevar a la práctica esta segmentación sería mediante un índice interactivo de las partes del vídeo. Idealmente, este índice habría de coincidir con los pasos naturales del proceso que el vídeo trata de ilustrar. Cada elemento del índice mostraría un vídeo corto.
Captura de pantalla de un índice para varios vídeos segmentados en una virtualización de procesos de mantenimiento de instalaciones eléctricas.
Usa vídeo, pero también imágenes estáticas y texto
Acompañar los vídeos de otro tipo de recursos, como imágenes estáticas y texto, puede ser útil para atajar una deficiencia de las demostraciones en vídeo: no se puede preguntar al instructor7. Por ejemplo, en una virtualización de un proceso de cambio de maquinaria en una subestación eléctrica, se pueden incluir, además del vídeo, listas de verificación de materiales previos y de los elementos básicos que se han de realizar en el proceso, o fichas técnicas de la maquinaria e instrumentación utilizada.
Usa subtítulos para las partes de vídeo
El texto supone un apoyo para el aprendizaje de las habilidades técnicas. Además de esto, los subtítulos son muy útiles cuando no está disponible el sonido, hay mucho ruido ambiente o no se entiende bien el idioma. Idealmente, el usuario debe tener un mecanismo de control para activar o desactivar los subtítulos a voluntad.
Permite al usuario ver el vídeo cuantas veces quiera
Se debe permitir que el usuario vea los vídeos y consulte el material cuantas veces sea necesario. Además, deberá ser él mismo quien controle el ritmo de presentación de los contenidos. Si los usuarios tienen el control de la velocidad y ritmo de presentación y pueden ver, repasar y pausar a voluntad, el vídeo tendrá más utilidad para el aprendizaje6,8. De esta manera, será más fácil que estudien con profundidad aquellos aspectos que necesitan más y salten los que ya comprenden de sobra1.
Además de esto, y teniendo en cuenta que los vídeos se verían en ausencia del instructor, poder pausar, retroceder y reiniciar es necesario para que el aprendiz sea capaz de diagnosticar sus propios errores y preste atención a detalles que antes de equivocarse no había advertido7.
En INSERVER nos hemos especializado en virtualizaciones técnicas y seguimos estas directrices que recomienda la literatura científica para capturar mejor estas habilidades. Descárgate nuestro ebook sobre virtualizaciones técnicas para saber más.
Referencias:
1: Ganier, F., & De Vries, P. (2016). Are instructions in video format always better than photographs when learning manual techniques? The case of learning how to do sutures. Learning and Instruction, 44, 87-96.
2: BOŢIANU, P., BACÂREA, A., BACÂREA, V., MUJI, M., & CĂLINICI, T. (2015). Web Based Video Educational Resources for Surgeons. Applied Medical Informatics., 37(4), 51-55. Retrieved from https://ami.info.umfcluj.ro/index.php/AMI/article/view/560
3: Nicolaou, C., Matsiola, M., & Kalliris, G. (2019). Technology-enhanced learning and teaching methodologies through audiovisual media. Education Sciences, 9(3) doi:http://dx.doi.org/10.3390/educsci9030196
4: Alqahtani, N. D., Al-Jewair, T., AL-Moammar, K., Albarakati, S. F., & ALkofide, E. A. (2015). Live demonstration versus procedural video: A comparison of two methods for teaching an orthodontic laboratory procedure. BMC Medical Education, 15 Retrieved from https://search.proquest.com/docview/1779681917?accountid=14478
6: Biard, N., Cojean, S., & Jamet, E. (2018). Effects of segmentation and pacing on procedural learning by video. Computers in Human Behavior, 89, 411-417.
7: Heinemann, T., & Möller, R. (2016). The virtual accomplishment of knitting: How novice knitters follow instructions when using a video tutorial. Learning, Culture and Social Interaction, 8, 25-47.
8: Robert B. McAlister; Use of Instructor-Produced YouTube® Videos to Supplement Manual Skills Training in Occupational Therapy Education. Am J Occup Ther 2014;68(Supplement_2):S67–S72. https://doi.org/10.5014/ajot.2014.685S04