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Planificar la formación de tu empresa no es opcional (Y lo sabes)

Escrito por Jesús Lázaro | 04 de diciembre de 2025

Hay un mantra que repetimos mucho en Inserver: la formación no es un trámite. O no debería serlo. Y aun así, cada día vemos empresas que corren a última hora para cumplir con la LOPD, con el Plan de Igualdad, con la PRL, con la formación en ciberseguridad o con ese checklist eterno de requisitos normativos.

La foto ya la conocemos:

  • Recursos Humanos intentando encajar cursos como si fueran piezas de Tetris.

  • Equipos saturados que sienten que “otro curso obligatorio” es sinónimo de pérdida de tiempo.

  • Y responsables de formación rezando para que, esta vez sí, la mitad de la plantilla no deje el curso a medias.

¿Resultado? Mucho esfuerzo, poco impacto.

Pero hay otra forma de hacerlo. Y empieza por tres palabras: Planifica tu formación.

Por qué la formación empresarial importa más de lo que parece

Vamos a empezar por lo obvio: hoy ninguna empresa compite solo por precio o producto. Compite por personas preparadas, procesos sólidos y capacidad de adaptarse rápido.

La formación es el motor silencioso que sostiene todo eso. No es un extra, es infraestructura. Como la red eléctrica o el Wi-Fi: si falla, lo notas. Y si funciona, todo fluye.

Ahora bien: la formación empresarial no solo es importante, también es obligatoria en más áreas de las que muchas empresas creen. Y ahí es donde la planificación se vuelve estratégica.

1. Prevención de Riesgos Laborales (PRL)

Aquí no hay debate: la formación en PRL es obligatoria por ley. Punto.
Pero muchas organizaciones la viven como un trámite anual que se resuelve con un PDF, una charla de 20 minutos o un test soporífero.

En Inserver vemos esto continuamente. Y también vemos la diferencia cuando se hace bien:

  • Formación práctica y visual,

  • Ejemplos reales del puesto,

  • Contenidos que el equipo entiende, recuerda… y aplica.

Porque formar en PRL no es “cubrir expediente”: es evitar accidentes, reducir bajas y construir entornos más seguros y sostenibles.

 

2. Plan de Igualdad y formación en Diversidad e Inclusión

Desde 2021 es obligatorio para todas las empresas de más de 50 personas. Y, sorpresa: la formación es parte del plan, no una nota al pie.
Formar en igualdad, protocolos de acoso, sesgos y diversidad no se resuelve con un PowerPoint reciclado.

Aquí, muchas organizaciones van tarde. Y muy a menudo llegan a nosotros diciendo:
—“Necesitamos una formación para cumplir con la auditoría”.

Perfecto. Pero ya que estamos… ¿por qué no aprovechar para generar impacto real?

Con experiencias como Pack Diversity, por ejemplo, empresas de todos los tamaños han descubierto que hablar de DEI no tiene por qué ser incómodo ni denso. Puede ser cercano, interactivo y provocar conversaciones reales dentro de los equipos. Y eso sí que mueve la aguja.


3. LOPD y protección de datos: no es opcional, es supervivencia

Cada año hay más brechas de seguridad, más sanciones y más empresas que se enteran demasiado tarde de que la formación en protección de datos no es una “recomendación”: es una obligación recogida en el RGPD y en la LOPDGDD.

Pero más allá de la norma, pensemos en algo práctico:
Tu equipo gestiona datos todos los días. Si no saben cómo, dónde y con qué criterio hacerlo… estás construyendo tu empresa encima de una piscina de gasolina.

Una formación clara, con ejemplos reales, bien explicada (sin lenguaje legal incomprensible) puede ahorrarte dolores de cabeza, multas y sustos importantes.

4. Ciberseguridad: el “yo no caería” es mentira

El 82% de las brechas de seguridad empiezan con un error humano:

  • un correo que parecía legítimo,

  • un SMS sospechoso,

  • un enlace que “solo quería comprobar”,

  • una foto subida a WhatsApp sin pensar.

Y sí: la formación en ciberseguridad es ya obligatoria dentro de la mayoría de planes de cumplimiento.

Pero más allá de la obligación, es simple supervivencia.
No importa si eres una pyme o una multinacional; un ataque puede paralizar tu negocio entero en cuestión de minutos.

En Inserver hemos visto cómo pequeñas sesiones prácticas, microlearning y simulaciones gamificadas reducen drásticamente la tasa de clics en correos peligrosos.
Formar salva empresas. Literalmente.

Entonces… si todo esto es obligatorio, ¿por qué sigue funcionando tan mal?

Porque muchas compañías hacen formación al revés:

  1. Buscan el curso cuando ya están fuera de plazo.

  2. Lo comunican deprisa y sin estrategia.

  3. Lo lanzan sin tener en cuenta si encaja con los equipos.

  4. No miden nada más allá de quién terminó y quién no.

Y así seguimos repitiendo el ciclo eterno del “cumplimos porque toca”, pero sin impacto real en cultura, seguridad o procesos.

La buena noticia es que romper este ciclo es más sencillo de lo que parece. Y aquí es donde entra lo que hacemos cada día en Inserver.

Planificar la formación de tu empresa no es complicado. Es estratégico. Planificar no es hacer una lista de cursos. Planificar es diseñar un sistema que funciona incluso cuando tú estás a otra cosa.

¿Qué implica una buena planificación?

Integrar la formación en el día a día sin fricciones

La formación no puede ser un castigo, ni algo que quitarse de encima.
Debe ser accesible, móvil, visual y rápida cuando toca.

Por eso trabajamos con Moodle4Go y nuestras plataformas personalizadas:
para que la experiencia sea fluida, intuitiva y 100% adaptada a la empresa.
Tu people no quiere perderse en menús eternos; quiere entrar, aprender y seguir con su día.

Apostar por experiencias que la gente quiera hacer

En Inserver decimos mucho que “si no lo quieren hacer, no lo harán”.
Y es verdad.  Un curso puede tener todo el contenido legal correcto… y aun así ser un horror.
Por eso trabajamos con formatos que marcan la diferencia y lo hacen más atractivo: microlearning, videos, scorm, storytelling, gamificación... Formar no tiene por qué ser aburrido. De hecho, no debería serlo nunca.

Medir lo que importa

Invertir en formación no sirve de nada si después nadie aplica lo aprendido. Una buena planificación implica medir la participación real, los completados, los progresos, los resultados y el impacto en indicadores clave como el ausentismo, los incidentes, el clima laboral o la retención de talento. Y, sobre todo, implica mejorar en cada iteración: la formación es un proceso vivo, no se cierra, se optimiza.

En resumen: si no planificas, improvisas. Y si improvisas, pagas.

La formación empresarial ya no es un “extra”.
Es tu escudo legal, tu palanca de cultura, tu herramienta de retención de talento y la base sobre la que tu compañía funciona cada día.

Planificarlo bien te ahorra problemas, te da tranquilidad y te permite pasar del “cumplimos porque toca” al “aprendemos porque nos impulsa”.

Si quieres que tu empresa deje de ir a remolque y empiece a construir cultura con intención, aquí estamos.

Porque en Inserver no hacemos cursos:
hacemos que la formación funcione.