Formar en determinados temas es más complejo a la hora de organizar el curso que por el propio tema en sí. De ahí, que, cuando la Fundación Lafer decidió formar en materia agroalimentaria eligió la metodología blended, la cual mezcla clases presenciales con e-learning. Su problema era que el temario para los cursos online no era uniforme y variaba en estructura, tipo y formato de contenido...
Abrir la nevera y coger un cartón de leche y una pieza de fruta. Una acción de lo más habitual y necesaria, pero que tiene detrás una larga cadena de trabajo y formación, controlada por estrictas normativas de salud, higiene y medioambiente. Y es aquí donde entra en juego la Fundación Lafer.
Esta es una institución sin ánimo de lucro orientada a la promoción y el desarrollo de proyectos multidisciplinares, enfocados a impulsar el conocimiento, la divulgación y la formación, tanto en el ámbito nacional como el internacional y siempre dentro de la más alta cualificación profesional.
Uno de los sectores en los que trabaja es el agroalimentario. Diseñan acciones que atienden a las especificidades de la cadena de valor agroalimentaria, abordando proyectos formativos, de divulgación y de asesoramiento en todo lo concerniente a los mercados agroalimentarios, aspectos normativos, cuestiones de calidad productiva y medioambiental o vinculados a la seguridad alimentaria, entre otros.
Y es este el caso que hoy nos ocupa.
En esta ocasión, la fundación debía formar a parte de sus equipos en una materia muy específica y algo compleja, con lo que la metodología blended (es decir, mezclar cursos presenciales con e-learning) se erigía como la óptima para este curso.
El Blended Learning combina clases presenciales con formaciones e-learning; es, pues, un sistema híbrido, que busca beneficiarse de las ventajas de ambos tipos de formación. La Fundación Lafer contaba con un sistema para la parte presencial muy depurado; pero el reto llegaba con el e-learning. El material de que disponían para los cursos online se presentaba en múltiples formatos (Word, Excel, JPG, PPT…), era algo confuso y carecía de unicidad, diseño y estructura, lo que dificultaba enormemente la impartición de un curso ya de por sí complejo. ¿Qué podían hacer?
Para lograr unificar y crear un curso de e-learning con buena didáctica, con un diseño coherente, que cuidase la usabilidad y optimizase la experiencia de usuario, la Fundación Lafer decidió contar con la ayuda de INSERVER.
La empresa especializada en e-learning y gamificación se valió de la herramienta Articulate Storyline para diseñar (siguiendo las guidelines de diseño de imagen corporativa) un catálogo con distintos tipos de diapositivas, las cuales servirían como plantilla para que las personas encargadas de crear el temario pudiesen adaptar sus contenidos a ellas. Se hizo especial hincapié en que el diseño fuese intuitivo, para facilitarle esta tarea a los autores.
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