Escrito por Anahí Varela
Ahora que nos vamos acercando al final del año y las empresas empiezan a hacer balance de los logros, de los fracasos, de las cosas que se podrían mejorar y de lo que va estupendamente, toca hacer las promesas de año nuevo entre las que se debería de encontrar aquello de “invertir en formación para la plantilla”
Una empresa exitosa es una empresa comprometida con la capacitación, con desarrollar profesionalmente a su plantilla y con compartir ese know how interno que hace que sean únicos como marca.
Poco se habla del impacto en productividad y resultados que puede llegar a repercutir en una empresa que tiene un verdadero compromiso en mantener actualizado a su personal, y del beneficio profesional que les supone a cada una de esas personas, pues les aportará conocimiento, seguridad, eficiencia, autonomía y capacidad de toma de decisiones en su actividad diaria.
Lo sé lo sé, ya estamos pensando en el turrón y en la cena de Navidad de empresa, pero resulta que tienes por ahí unos créditos de FUNDAE que todavía no has consumido y a lo mejor tiene sentido buscar ese curso sobre Diversidad y/o Acoso Sexual que me llevan comentado desde hace tiempo el equipo de Recursos Humanos.
Inteligencia Artificial, actualización de leyes que impactan directamente en tu sector, nuevos productos, aplicaciones, herramientas de gestión desconocidas, nuevos procesos eficientes, etc.. Las empresas y el personal que trabajamos en ellas hemos de hacer un esfuerzo ingente por mantenernos ya no en la cresta de la ola, sino en la ola en sí para que todos estos cambios y estas nuevas maneras de hacer, como por ejemplo el impacto de la IA, no nos pase por la derecha y nos quedemos desactualizados en menos que canta un gallo.
La capacitación es clave, es una inversión y solo aporta beneficios:
Y me diréis “que sí que sí, todo muy bonito, pero es que el día a día nos come”, lo sé, pero os propongo un ejercicio: pensad en una necesidad formativa expresada en vuestro departamento o en vuestra empresa, aquello de “pues es que necesitamos una formación en excel”, trata de traducir en términos de costes/beneficios lo que supone seguir trabajando sin esa formación vs con todo el departamento formado. Si lo has reflexionado y la cara que has puesto es esta 😱, acabas de ver la luz y ya no puedes ignorarlo, capacitación = éxito, toca hacer el esfuerzo.
Lo primero que tenemos que hacer antes de decidirnos por cualquier tipo de formación, es realizar un análisis de necesidades de aprendizaje, es decir, responder a la pregunta de qué es lo que necesita tu equipo mejorar, ya sea porque existe una necesidad expresada, es decir, algo que habéis comentado internamente y tenéis claro que esa capacitación es la que queréis; o es una necesidad sentida, es decir, se nota en el ambiente, aunque nadie lo haya dicho, que hay que formarse en excel.
Aquí juega un papel fundamental las personas responsables de cada departamento, como receptoras y/o detectoras de esas necesidades por parte de sus equipos, y Recursos Humanos como departamento que tiene la capacidad de darle forma a esa necesidad y traducirla en la búsqueda e implementación de la formación más adecuada.
¡Ojo! Es crucial elegir bien si queremos que nuestros equipos se comprometan y realicen la formación en tiempo y forma, y que para ellos sean claros los beneficios en su trabajo, porque sino lo verán como una pérdida de tiempo e incluso pueden no llegar a realizarlos.
También es esencial valorar la modalidad que mejor se ajuste a su cotidianidad laboral, es decir, presencial, online o híbrido, y que si recurrimos a un proveedor externo tengamos garantías de calidad, transparencia y compromiso.
Por suerte a día de hoy tenemos un amplio abanico de tipología de formaciones atendiendo a diferentes objetivos, ya sea formaciones puramente técnicas o especializadas, hasta otras más transversales y que tienen que ver con las habilidades blandas.
En este punto tenemos a FUNDAE como punto de apoyo y referente para manejar la formación en nuestras empresas y para las propias personas trabajadoras, ya sea porque, de cara a las empresas, facilita la financiación de la formación a través de los créditos bonificados, así como licitaciones formativas como los planes estatales de empleo, dirigidos directamente a trabajadores y trabajadoras, para favorecer su formación continua.
La formación programada o bonificada es la opción más recurrente, sobre todo para aquellas capacitaciones que son necesarias y obligatorias para poder ejercer la actividad laboral, como son cursos de Prevención de Riesgos Laborales, de Protección de Datos, de Acoso, etc., que pueden ser peor aceptadas por los y las empleadas por estar impuesto por la empresa, pero aquí juega un papel clave y definitivo la comunicación que hagamos al equipo de la realización de esta formación, de ella dependerá la motivación y el compromiso hacia la misma, por lo que es conveniente cuidarla: resaltar los objetivos sobre la obligatoriedad y los beneficios sobre la “incomodidad” de recibirla, ayudará a que se visualice mejor su utilidad.
Sabrás si has detectado bien las necesidades de aprendizaje y la formación escogida ha sido la adecuada por el feedback que te traslade tu equipo y porque empezarás a ver resultados.
Es importante dar seguimiento al impacto que haya podido tener el curso en tu equipo para valorar no solo la idoneidad sino la calidad de la formación recibida, si ha conseguido sus objetivos de mejora y actualización y si trabajan de una manera más eficiente, cómoda y segura. Esta reflexión también ayudará a tomar mejores decisiones futuras formativas tanto si ha resultado un éxito, que es lo esperable, como si ha sido un fracaso, lo cual obligaría a evaluar dónde se ha fallado para mejorar el proceso en la siguiente ocasión.
¡No lo olvides! Formación = Éxito.
Que no sea una obligación, que sea toda una experiencia y, si quieres, puedes empezar con nosotros.
Anahí Varela
Experta en Moodle.
Formadora Moodle Certificada.