"Gamificación" es, probablemente, una de las palabras más de moda del panorama actual. Pero, ¿qué es la gamificación? Este término hace referencia a una estrategia que se vale de elementos y de determinadas mecánicas que suelen encontrarse en los juegos, y los aplica como soluciones de aprendizaje. Por ejemplo, dar insignias cuando se logra un objetivo, o ponerle retos a los participantes como un test en que se cronometre el tiempo. Y aunque la palabra "gamificación" no existía hace 15 años, lo cierto es que, a día de hoy, es una de las tendencias con mayor proyección, y no hay empresa (grande, mediana o pequeña) que no se esté planteando cómo implementarla en su organización.
Las razones del éxito de esta técnica van mucho más allá de que sea una buena herramienta tecnológica; su rápida aceptación en el ámbito empresarial hunde sus raíces en impulsos psicológicos del hombre, tales como sus respuestas a la competición, a las recompensas o el reconocimiento público. Por ello, el potencial de los juegos para incrementar la motivación tiene unos límites aún por descubrir.
Para mostrártelo, analizamos qué beneficios podría obtener tu empresa de la gamificación, y los resumimos en estos cinco puntos:
Al conferir al contenido formativo un formato de juego, la gamificación añade el factor diversión al curso. Y esta es una de las grandes ventajas de esta técnica. De hecho, son muchos los estudios que demuestran que, gracias a la diversión o a la motivación, la gamificación aumenta notablemente la productividad. La razón de esto es fácilmente comprensible: si los trabajadores se entretienen, le dedican más tiempo a las tareas, y las llevan a cabo con más empeño.
¿Por qué no sacar la gamificación fuera de las paredes de tu empresa? El potencial de esta herramienta puede traerte muchas alegrías en forma de clientes. Imagina una campaña de marketing gamificada, en la que esta se transforma en un juego. Si es lo suficientemente atractivo, la motivación (y, por ende, el enganche) de los usuarios están asegurados. Bien empleada, la gamificación incrementará la fidelización de tus clientes.
Cuidar la imagen de marca de tu empresa (tanto de cara al exterior, como para tus trabajadores) es vital si se desea alcanzar el éxito. Y nada mejor para mejorar la reputación de una compañía que el hecho de que esta abrace la transformación digital. Y es aquí donde la gamificación también puede serte útil.
Si bien es cierto que, en su más amplia acepción, la gamificación no tiene por qué ser digital, en la realidad el 99,9 % de las iniciativas gamificadas adoptan este formato. Y esto, obviamente, no solo contribuye a la transformación de la compañía, sino que además potencia su imagen de organización innovadora.
La gamificación se vale de herramientas como marcadores, insignias, contadores... Es decir, da formato de juego e incita a la competición sana entre los usuarios. Y aquí reside la segunda gran ventaja de esta técnica: a todos nos gusta ganar. Y, para lograrlo, nos involucramos más en lo que hacemos. Si quieres incrementar el engagement de tu ciclo formativo, la gamificación puede ser tu gran aliada.
Uno de los grandes caballos de batalla de cualquier organización es su comunicación interna. Esta, que debe ser bidireccional, se ve entorpecida en muchas ocasiones por la falta de tiempo, o la inseguridad o timidez al preguntar o expresarse. La gamificación puede solucionar este problema.
Como ya hemos mencionado anteriormente, esta técnica se vale de sistemas de puntos, vidas, insignias y otros elementos para comunicarse con los usuarios, y explicarles así lo que está bien (algo que expresa mediante recompensas en el juego) y lo que está mal (con penalizaciones).
De este modo, el trabajador obtiene una respuesta inmediata ante cada acción, y aprende con facilidad lo que la empresa espera de él; por su parte, gracias a los potentes informes que la herramienta gamificadora le proporciona, la compañía también aprende qué puntos son más dificultosos para su equipo, y en cuáles tienen sus fortalezas. Y es que las herramientas gamificadoras sirven para recopilar un gran número de datos y estadísticas muy útiles para el uso interno de la empresa, lo que puede mejorar enormemente el funcionamiento de la organización.