Es la crónica de una muerte anunciada: en 2020, la mayoría de los navegadores dejarán de reproducir Flash. La contienda entre Adobe y las empresas desarrolladoras de navegadores, que lleva años en activo (la pugna se iniciaría hace ya unos 10 años, con el mismísimo Steve Jobs a la cabeza), parece llegar a su fin con un desenlace nada sorprendente: el final de Flash y su sustitución por HTML5.
No resulta sorprendente ya que hace varios años que esto se veía venir, y porque algunos navegadores (como Chrome de Google) llevan meses informando de que en 2020 dejarán de funcionar con Flash, por lo que se deberá migrar hacia un nuevo entorno. Ahora bien, de tanto anunciar que esto iba a pasar (de hecho, ya en 2016 Chrome anunciaba en su página web que empezaría a bloquear el contenido Flash en páginas web), ha sucedido como con el cuento de Pedro y el lobo: que el día que de la verdad, son muchas las compañías a las que puede pillar desprevenidas y sin haber migrado sus contenidos a HTML5.
¿Cómo puede afectar esto? Y, en concreto, ¿cómo puede influir el fin de Flash en el sector del elearning? ¿Se perderán los diversos recursos en los que ya han invertido las empresas? Lo analizamos.
Empecemos haciendo un breve repaso a lo que es Flash y su papel en la Red. En la historia de internet, Adobe Flash Player ha tenido un papel muy importante para la generación de vídeos, juegos y animación. Su tecnología permite animar elementos de texto e imagen para ofrecer vídeos, juegos y aplicaciones interactivas en el navegador, lo que fue toda una revolución para el diseño y desarrollo de las páginas web.
Pero en un momento dado, allá por el año 2010, las grandes empresas desarrolladoras de navegadores (la primera, Apple, que fue seguida de Google, Firefox y, por último, Microsoft y Mozilla), empezaron a considerar que esta tecnología se había ido quedando obsoleta. De hecho, fueron muchas las voces que señalaron los errores de Flash: un sistema que no estaba optimizado para su uso en móvil, con múltiples problemas de seguridad, que empleaba excesivos recursos... Había llegado el momento de decirle adiós, y dejar paso a otros lenguajes más modernos, como el HTML5.
Un cambio tan importante no podía llevarse a cabo de golpe; el proceso necesitaba de un tiempo (que algunos, como Google, cifraron en cinco años). Por eso llevamos tanto escuchando hablar del adiós a Flash de Adobe. Pero, a pesar de ello, muchas son las empresas que siguen sin haber migrado de Flash a HTML5. De hecho, no es raro que alguien tenga problemas en determinadas webs para para poder ver algún vídeo, jugar a algún juego o, incluso, para cargar una página.
La moratoria para decirle adiós al Flash llega a su fin en 2020; aunque no será ni en todas las compañías a la vez, ni del mismo modo. Como suele suceder en tecnología, las grandes empresas serán quienes marquen el camino a todas las demás. A continuación encontrarás un breve esquema del calendario que las compañías más conocidas se han marcado para dejar de ofrecer compatibilidad con Flash:
De entre las muchas posibles consecuencias que pueda conllevar el final de Flash, la primera y más obvia es que los contenidos creados en este entorno no funcionarán en ningún navegador. A efectos prácticos, las páginas, vídeos, juegos y demás contenido que presente formato Flash dejará de existir para la audiencia (con la pérdida de la inversión económica que esto conllevaría), ya que los navegadores los bloquearán.
Las más afectadas por esta necesidad de migrar contenido de Flash a HTML5 serán las los contenidos e-learning que contengan reproducción multimedia, edición o videojuegos, ya que la complejidad de su desarrollo dificulta la tarea.
Esta no será la única consecuencia del final de Flash. Además, las compañías que no migren a tiempo a HTML5 podrán verse afectadas por serios problemas de seguridad, ya que muchos parches no se ejecutarán si no es en un entorno de Flash.
Esto comprometería seriamente la seguridad y confidencialidad de datos, y supone un claro riesgo de ataque informático para aquellas empresas que no hayan migrado a tiempo.
Si tu compañía es una de las que cuenta con un amplio backup de recursos desarrollados en Flash, que no cunda el pánico: dispones hasta finales de 2020 para migrar este contenido a HTML5. Aunque con más trabas de lo deseable, los navegadores seguirán compatibles con esta herramienta.
Aun así, conviene que, poco a poco, se active el proceso de transformación. De esta forma se podrán conservar y seguir utilizando todos los recursos de formación e-learning en los que ya se ha invertido, al mismo tiempo que se garantiza la seguridad de la compañía una vez termine definitivamente esta moratoria.
La complejidad del desarrollo de los posibles recursos no debe suponer un problema. Existen compañías expertas, como es el caso de INSERVER, las cuales en un tiempo récord y con soluciones muy efectivas pueden llevar a cabo esta migración, asegurando así la pervivencia de los recursos y evitando el riesgo de posibles ataques informáticos.
Ha llegado el momento de decirle adiós a Flash y, como ya sabíamos desde hace tiempo, ¡hola a HTML5!